Acudo al Templo del Fuego Sagrado, completa en mí misma tal como soy.
Siento el viento del Espíritu soplar las brasas, avivando sentimientos profundos, iluminando lo que ha sido ocultado por eones.
Acudo a la Llamada preñada de rostros, de historias, de siglos y una dulce añoranza despierta de un sueño eterno.
El espacio se vuelve claro, la bruma se disipa en luz y en la profunda conexión de tu Voz ancestral, que es la mía, la ayuda aparece.
Acudo a la Llamada y en el olvido de mí misma, me hago una con el Santo Fuego
Forjo mi camino en el círculo sagrado, tomo la antorcha y la coloco en el centro de mi centro.
Soy hogar, soy la que lo sostiene, la que ilumina, yo soy la que calienta y da lumbre.
Renazco en la presencia de la Llama Viva, guardiana de la puerta sagrada, guía que conduce al pasadizo secreto del alma que jamás olvidó.
Siento la Llamada. Regreso al Templo viviente.
No puedo más que acudir hacia esa certeza de ser convocada por algo que me pertenece desde el origen
Regreso al Templo de Fuego, observo la Llama Sagrada desplegada desde la lejanía,
sabiéndome conocedora de que tu Luz jamás se extinguió,
aunque yo me perdiera incrédula y solitaria, clavando las flechas de mi arco en mi propio corazón.
Luz que emerges del corazón de la oscuridad,
luz que nunca dejaste de ser, que con tu amorosa presencia iluminaste mis más oscuros rincones y silenciaste mis dudas,
tú que navegas por las sendas invisibles, ayúdame a viajar a ti.
Sagrada llama que habitas libre en las montañas, que vagas con el viento y con el sol,
tú que nutres las nebulosas y las estrellas, que amorosamente me dieron a luz,
tú que esculpes los rincones más altos, donde los cóndores construyen sus nidos.
Te siento en mis caminos , me observo en tí cuando mi voz suave habla con la tierra y con todas sus criaturas.
Luz que nunca dejaste de ser, renueva mi energía y enciende mi sagrado fuego interno.
Acudo a ti, pues en ti hallo el Inicio, la Iniciación, la Visión Interior y la desnudez.
En tu seno no hay confinamiento ni encierro que pueda oprimir mi vuelo.
Vuelvo a ti, Llama del Templo Viviente, tú que resides en el espíritu de la Creación y del Creador,
en el corazón de la Gran Madre.
Tú que en tu esencia vibratoria expansiva y regenerativa, renuevas la vida.
Tú que danzas con mis cabellos y acunas mis lágrimas esmeralda
Vuelvo a ti, siempre, vuelvo a ti...
Sabiendo que el velo que nubla mi mirar será rasgado por las mismas manos que lo crearon.
Acudo a tu Llamada, vuelvo a tí.
Que el latir de tu presencia regrese a mi vientre y a mi corazón , siendo uno con la creación,
más allá de tiempo y del espacio,
en el abstracto invisible…
Gracias por tu Llamado, gracias por convocarme a Renacer desde lo eterno.
A ti, a la Luz , al Sagrado Fuego de Imbolc ….
Texto: Covadonga Soto Fombella
Imagen : Crystal Wind.ca